¿Cuántas veces habréis escuchado que los pescados deben estar acompañados con vino blanco y las carnes con vino tinto?. El arte del maridaje de vinos, junto con la evolución gastronómica de los últimos años, demuestra que ésto no tiene porqué ser así.
El maridaje de vinos y comidas, consiste en combinar ambos de tal manera que al consumirlos juntos, se vean potenciados los sabores y aromas, consiguiendo una experiencia más placentera.
Pero aunque no hay reglas fijas, porque como dice el dicho “para gustos, los colores”, sí se pueden tener en cuenta una serie de pautas para conseguir que esa unión que vamos buscando sea la acertada.
Os contamos algunos consejos para conseguirlo con nuestra oferta de vinos .
¿Cómo conseguir un buen maridaje de vinos?
Equilibrio
Para una combinación perfecta, es importante que exista equilibrio entre el vino y la comida. Este equilibrio viene dado por el peso de cada uno.
Respecto a la comida, el peso vendrá dado por las grasas, intensidad de sabor o aroma y si es fácil o no de digerir. En el vino, el peso lo determina la intensidad de su aroma y sabor, además del cuerpo que tenga, éste muy relacionado con su contenido en alcohol.
Teniendo presente estas consideraciones, es fácil entender que para comidas pesadas, el vino adecuado es un vino pesado, con cuerpo. En este caso, el vino ideal a maridar sería Taberner.
Así mismo, para platos ligeros, los acompañantes perfectos serán los vinos ligeros. La elección de una botella de Barbazul sería una buena opción.
Asociación
Una clave para conseguir un buen maridaje es encontrar los elementos de unión entre el vino y la comida, aquellas características como el aroma, sabor, textura, etc. que puedan compartir.
Un ejemplo sería un vino dulce con un postre, como nuestro Osborne Pedro Ximenez 1827 o un vino tinto con una carne que esté guisada con el mismo vino. Otro ejemplo sería una carne con una salsa de frutos rojos y un vino tinto frutal con notas de estos frutos. Utilizando Valdrinal Entrega Roble Crianza el resultado será un éxito.
Contraste
Buscar el equilbrio utilizando el contraste de las características entre platos y caldos, puede ser también una buena estrategia para conseguir un maridaje perfecto.
Entrechuelos Blanco, vino blanco refrescante, es ideal para una comida picante. Un vino dulce para una comida salada puede ser también una buena combinación.
Un vino ácido, como pudiera ser Barbazul blanco, puede hacer que la comida parezca más salada o parecer menos ácido si se bebe con comidas dulces.
Elaboración de los platos
La forma de cocinar un alimento es un factor que influye a la hora de elegir el vino que le puede acompañar. Para una carne de ave a la plancha se puede servir un vino blanco fresco. Si esta carne está guisada, el sabor será más intenso por lo que se podrá combinar con un vino blanco de barrica, como pudiera ser Montecillo Albariño, o un tinto de crianza, como Valdrinal Tradición Crianza, ambas elecciones seguras.
En definitiva, pensar en los ingredientes de la comida, el sabor que tendrá, si es ligera, con sabor intenso, etc. nos orienta hacia el vino adecuado que la acompañe, según su peso, aroma y cuerpo.
¿Te atreves a experimentar?.
Pregúntanos por nuestra amplia oferta de vinos. Te ayudarán a conseguir esa combinación ideal.